31 de marzo de 2015

Los peyk, la guardia real y los mensajeros del Gran Sultán

Portada de «The government of the Ottoman empire in the time of Suleiman the Magnificent» (Albert Howe Lybyer, 1913) 
La guardia personal -lo que se podría asemejar a la Guardia Real- del Gran Sultán se componía de tres cuerpos: los muteferrika, estaban junto al sultán, protegiendo al sultán en sus desplazamientos, tras él, a caballo y línea de defensa más cercana en caso de ataque; los solaks era arqueros y estaban siempre preparados para actuar en caso de necesidad; y los peiks -en algunos lugares se encuentra como peich o como peyk- que eran un pintoresco cuerpo de alabarderos y cuyos ropajes, armas y costumbres provenían del Imperio Bizantino, de oriente. Los peiks corrían por delante del sultán mientras este iba a caballo o era transportado pero también estaba disponibles para otras misiones, como las de mensajería.

Los peiks eran un cuerpo de entre 30 y 40 corredores -un centenar según algunas otras fuentes- que provenían de la antigua Persia y como peculiaridad se le extraía el bazo, desconozco el porqué. Portaban una alabarda (de ahí que se les denomine cuerpo de alabarderos), siendo esta una ligera lanza acabada en forma de hacha por un lado, y punta por el otro.

No es casual que proviniesen de Persia, pues, aparte de guardia de corps, servían también de mensajeros. De hecho la palabra post en inglés -con muchas derivaciones a muchos idiomas, con nuestro postal- es una palabra persa -también se dice post (پست)- que viene a significar "enviar un mensaje del que se espera respuesta".

Algún texto apunta a que una vez fuera de las ciudades, y con el ánimo de entretener al señor, corrían de espaldas y ejecutaban algunas florituras para su divertimento, mientras decían «Allah Diechenin», que se traduciría por «Que Alá preserve al Sultán y su prosperidad», Llevaban unos cascabeles o campanillas de plata, en un principio en la boca y más tarde en la cintura según unas fuentes, y en las rodillas según otras (o en ambos lugares, como algunas reproducciones que nos han llegado), con dos fines: uno, en labores de mensajería, anunciar su llegada, y dado que eran mensajeros reales, tenían prioridad de paso o atenciones; y dos, como metrónomo, para controlar la cadencia mientras corrían y no dejar decaer en su ritmo. Al ser mensajeros reales eran muy respetados y cuando se retiraban lo hacían a una vida acomodada.

Los peichs corrían descalzos -«sus plantas eran tan duras como las pezuñas de los caballos»- aunque hacia el siglo XVI ya van con una especie de sandalias. Entre su "ropa de trabajo" se incluían elegantes casacas albanas siempre coloridas, un cinturón con un puñal de mango de marfil envainado en una funda de piel de algún pez exótico. Lucían un alto gorro adornado con plumas. Portaban también una pequeña bolsa con confituras para ir tomando mientras corrían a fin de no tener bajadas de ritmo.
Segundo por la izquierda, vestimenta de peik hacia 1700, casi más un cuerpo de representación por estas fechas


Recorte de «Merveilles de la force et de l'adresse. Agilité - Souplesse - Dexterité. Les exercices du corops chez les anciens et chez les modernes» (Guillaume Depping, 1871)

Se desconoce si es leyenda o no, pero al parecer tras una apuesta un peik llegó a cubrir la distancia entre Adianópoli y Constantinopla (unos 240 km) en el tiempo de «dos soles», es decir, veinticuatro horas (¿podrían ser treinta y seis, desde el amanecer hasta el siguiente atardecer?). Para complicarlo, lo hizo bajo el importante calor de agosto. La media de velocidad habla por sí sola, y lo hiciera este bravucón peik o no, su resistencia y velocidad eran muy sobresalientes.

El servicio fue abolido en la tardía fecha de 1828.


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28 de marzo de 2015

Jacques Gassot en el Imperio Otomano

Jacques Gassot (1525-1585), señor de Deffens y Omery, alcalde de Bourges, era hijo de André Gassot, secretario del rey Francisco I, servía a la reina Eleonor de Aquitania como agregado y en su tiempo libre estudiaba Matemáticas e Historia. En 1546 Eleonor había hecho voto de peregrinación a Tierra Santa (Jerusalén) pero dado que la nobleza siempre ha tenido cierto privilegios con la iglesia, pagados, por supuesto, podían permitirse el lujo de que otro peregrinase en su lugar cumpliendo su cometido por ellos. Fue el caso de Eleonor, que enviaría a Jacques a realizar esta peregrinación y le llevó de vuelta un trozo de la Vera Cruz.

A mediados del siglo XVI estos viajes eran duros y no exentos de peligros, pero Jacques lo completó satisfactoriamente. Realizada su misión para la reina Leonor, retornó a Francia y halló en el trono a otro rey, Enrique II de Francia, quien le nombró secretario. Dado su conocimiento del imperio otomano por el que había transcurrido su anterior viaje para llegar a Tierra Santa, Jacques tuvo la misión, ya la calificaríamos de diplomática pues enviaba directamente sus despachos al embajador francés Gabriel de Luels, señor de Aramont, de estudiar los recursos del imperio y la fuerza del imperio del Sultán, así como diversas cuestiones que tuvieran relación con la política oriental, y se dirigió a Constantinopla, capital del imperio, donde permaneció desde el 23 de enero al 2 de mayo, dejando por escrito un detallado informe de usos y costumbres de la ciudad. No solo eso, sino que acompañó a Solimán el Magnífico, el gran sultán de la época, en su campaña militar contra Persia.

Tras realizar el viaje citado y regresar a Francia, en 1550 publica su libro «Le discours du voyage de Venise à Constantinople : contenant la querele du grand Seigneur contre le Sophi, avec élégante description de plusieurs lieux, villes et citez de la Grèce, et choses admirables en icelle», siendo la versión resumida del título «Le Discours Du Voyage de Venise a Constantinople» («Discursos del Viaje de Venecia a Constantinopla»).

Este viaje le tomó un par de años, del 17 de diciembre de 1547 a alguna fecha indeterminada -por mí al menos- de 1549 y su itinerario -en alemán, por la fuente encontrada- fue el siguiente, destacando el tramo de Adrianopel (Adrianópolis) y Konstantinopel (Constantinopla), en la actual Turquía, antigua capital del imperio y la contemporánea:


Incluso en la actualidad, la localidad de Sugutli aparece como «Sögütlü, Fluß?» (Sögütlü, ¿río, cauce?); sin embargo, Sögütlü aparece muy lejos de la línea lógica entre Adrianópolis y Constantinopla, debiendo ser la primera parada destacada en esta importante ruta entre la tercera y cuarta capital del imperio otomano. A buen seguro, en la, probablemente vía más importante del imperio, conoció a los mensajeros del Gran Sultán, los peyk.

¿Por qué he remarcado un tramo concreto? Las capitales del imperio otomano fueron: Söğüt (1299-1326), Bursa (1326-1365), Adrianópolis (1365-1453) y Constantinopla (1453-1922). Es decir, Jacques viajó prácticamente en el momento en el que la capital cambió de sede, con lo que aún la ruta Adrianópolis-Constantinopla sería una vía muy importante a buen seguro. La primera ciudad corresponde a la actual Edirne, y la segunda a Estambul, por lo que la identifiqué como una ruta importante y comenzó a interesarme.


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Francesco Sansovino y los peicler

Francesco Tatti da Sansovino (1521-1586) fue un escritor y editor que cursó estudios en las universidades de Venecia -Scuola di Umanità- y posteriormente en la de Padua para sus estudios de derecho, como dictó su padre, con el que tuvo que huir de Roma natal a los seis años por el saqueo de Roma del 6 de mayo de 1527, y alcanzó fama como historiador analizando obras de Dante Alighieri y Giovanni Boccaccio.
Francesco Tatti da Sansovino (1521-1586)

Su obra más famosa -se tiene registro de 97- es «Venetia citta nobilissima et singolare, Descritta in XIIII. Libri» más conocida como «Venezia Descritta», aunque la temática de Francesco era muy variada: agricultura, medicina, política o derecho. A partir de 1560 estableció su propia su propia editorial, siendo este primer año tan prolífico como para editar diez títulos.
Ca'Dario, Venecia, a finales del siglo XV

Precisamente de 1560 es su «Dell'Historia Vniversale Dell'Origine Et Imperio De Tvrchi Parte Prima: Nella Qvali Si Contengono Gli offici, i leggi, i costumi di quella natione, cosi in tempo di pace, come di guerra, con una tavola copiosissima de tutti le cose piu notabili dell'opera» que resumiremos en «Historia universale dell'origine et imperio de'Turchi» («Historia universal del origen del imperio turco»).
Portada de Historia universale dell'origine et imperio de'Turchi, edición de 1560
El texto, escrito en italiano de la época, es el primero que he encontrado en el que menciona los peicler, aunque ya veremos que a lo largo de la historia se les ha llamado de otra manera, y los describe como una guardia personal del gran Turco, dando algunas valiosas informaciones de los peicler en sus páginas 47 y 47bis (como curiosidad, sólo se numeran las impares):

  • son de origen persa,
  • van por delante del cavallo del Signore,
  • van a pie, descalzos,
  • van vestidos elegantemente con una camicie bellisime y pantalón hasta las rodillas,
  • portan cascabeles en la cintura,
  • también portan una alabarda con mango corto,
  • en la otra mano portan una ampolla de agua roja,
  • en la cintura llevan un pañuelo atado con azúcar,
  • se pasan el día saltando con las puntas del pie y pueden caminar durante todo el día sin aparente cansancio,
  • avanzan de espaldas, mirando al rey y diciendo Allah Diechenin, que se traduciría por «Que Alá preserve al Sultán y su prosperidad»,
  • son también mensajeros del gran Turco.
«Gia si truouò uno di loro essersi partito di Costantinopoli, e andato in Andrinopoli, e ritornato in due giorni, che un cavuallo non l'hauria fatto in tre»
«He encontrado a uno que ha dicho que partió de Constantinopla y fue andando a Adrianópolis, y vuelta, en dos días, cuando un caballo no lo haría en tres» [Traducción propia]




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20 de marzo de 2015