11 de septiembre de 2016

Fidípides en «Historias» de Heródoto de Halicarnaso

«Ἡροδότου Ἁλικαρνησσέος ἱστορίης ἀπόδεξις ἥδε, ὡς μήτε τὰ γενόμενα ἐξ ἀνθρώπων τῷ χρόνῳ ἐξίτηλα γένηται, μήτε ἔργα μεγάλα τε καὶ θωμαστά, τὰ μὲν Ἕλλησι τὰ δὲ βαρβάροισι ἀποδεχθέντα, ἀκλεᾶ γένηται, τά τε ἄλλα καὶ δι' ἣν αἰτίην ἐπολέμησαν ἀλλήλοισι.»

«Heródoto de Halicarnaso presenta aquí los resultados de su investigación para que el tiempo no abata el recuerdo de las acciones humanas y que las grandes empresas acometidas, ya sea por los griegos, ya por los bárbaros, no caigan en olvido; da también razón del conflicto que enfrentó a estos dos pueblos.»



Fragmento de papiro del Libro VIII «Urania» de «Historias» de Heródoto de Halicarnaso, Papiros de Oxirrinco [Wikimedia Commons]
La primera fuente de la historia que nos ha llegado de Fidípides (Φειδιππίδης, aunque ha pasado a nuestros días más la forma Filípides, es más probable que la correcta sea con de) viene de dos parágrafos de uno de los libros de Heródoto de Halicarnaso (484–después del 430 a. C.) de su obra monumental «Historias», concretamente del libro VI también llamado «Érato» -cada uno de los nueve libros está dedicado a una musa. En estos libros se narran las guerras entre Grecia y Persia, las llamadas Guerras Médicas del siglo V a. C., además de describir costumbres, formas de vida y usos de los pueblos de esta época, de ahí la gran importancia histórica de que nos hayan llegado íntegros.

ΗΡΟΔΟΤΟϹ, Heródoto de Halicarnaso, copia romana del siglo II de un busto original 
de bronce griego del siglo IV a. C. [Wikipedia]
En el original, con la bella grafía helena, dice:

«105
καὶ πρῶτα μὲν ἐόντες ἔτι ἐν τῷ ἄστεϊ οἱ στρατηγοὶ ἀποπέμπουσι ἐς Σπάρτην κήρυκα Φειδιππίδην Ἀθηναῖον μὲν ἄνδρα, ἄλλως δὲ ἡμεροδρόμην τε καὶ τοῦτο μελετῶντα· τῷ δή, ὡς αὐτός τε ἔλεγε Φειδιππίδης καὶ Ἀθηναίοισι ἀπήγγελλε, περὶ τὸ Παρθένιον ὄρος τὸ ὑπὲρ Τεγέης ὁ Πὰν περιπίπτει· βώσαντα δὲ τὸ οὔνομα τοῦ Φειδιππίδεω τὸν Πᾶνα Ἀθηναίοισι κελεῦσαι ἀπαγγεῖλαι, δι᾽ ὅ τι ἑωυτοῦ οὐδεμίαν ἐπιμελείην ποιεῦνται ἐόντος εὐνόου Ἀθηναίοισι καὶ πολλαχῇ γενομένου σφι ἤδη χρησίμου, τὰ δ᾽ ἔτι καὶ ἐσομένου. καὶ ταῦτα μὲν Ἀθηναῖοι, καταστάντων σφι εὖ ἤδη τῶν πρηγμάτων, πιστεύσαντες εἶναι ἀληθέα ἱδρύσαντο ὑπὸ τῇ ἀκροπόλι Πανὸς ἱρόν, καὶ αὐτὸν ἀπὸ ταύτης τῆς ἀγγελίης θυσίῃσι ἐπετείοισι καὶ λαμπάδι ἱλάσκονται. 

106
τότε δὲ πεμφθεὶς ὑπὸ τῶν στρατηγῶν ὁ Φειδιππίδης οὗτος, ὅτε πέρ οἱ ἔφη καὶ τὸν Πᾶνα φανῆναι, δευτεραῖος ἐκ τοῦ Ἀθηναίων ἄστεος ἦν ἐν Σπάρτῃ, ἀπικόμενος δὲ ἐπὶ τοὺς ἄρχοντας ἔλεγε “ὦ Λακεδαιμόνιοι, Ἀθηναῖοι ὑμέων δέονται σφίσι βοηθῆσαι καὶ μὴ περιιδεῖν πόλιν ἀρχαιοτάτην ἐν τοῖσι Ἕλλησι δουλοσύνῃ περιπεσοῦσαν πρὸς ἀνδρῶν βαρβάρων· καὶ γὰρ νῦν Ἐρέτριά τε ἠνδραπόδισται καὶ πόλι λογίμῳ ἡ Ἑλλὰς γέγονε ἀσθενεστέρη”. ὃ μὲν δή σφι τὰ ἐντεταλμένα ἀπήγγελλε, τοῖσι δὲ ἕαδε μὲν βοηθέειν Ἀθηναίοισι, ἀδύνατα δέ σφι ἦν τὸ παραυτίκα ποιέειν ταῦτα, οὐ βουλομένοισι λύειν τὸν νόμον· ἦν γὰρ ἱσταμένου τοῦ μηνὸς εἰνάτη, εἰνάτῃ δὲ οὐκ ἐξελεύσεσθαι ἔφασαν μὴ οὐ πλήρεος ἐόντος τοῦ κύκλου.»

y Bartolomé Pou, helenista y erudito balear, que en el siglo XVIII tradujo:

«CV. Lo primero que hicieron dichos generales, aun antes de salir de la ciudad, fue despachar a Esparta por heraldo a Fidípides, natural de Atenas, hemeródromo (o correo de profesión). Hallándose éste, según él mismo decía y lo refirió a los atenienses cerca del monte Partenio, que cae cerca de Tegea, apareciósele el dios Pan, el cual habiéndole llamado con su propio nombre de Fidípides, le mandó dar quejas a los atenienses, pues en nada contaban con él, siéndoles al presente propicio, habiéndoles sido antes muchas veces favorable y estando en ánimo de serles amigo en el porvenir. Tuvieron los de Atenas por tan verdadero este aviso, que estando ya sus cosas en buen estado, levantaron en honor de Pan un templo debajo de la fortaleza, y continuaron todos los años en hacerle sacrificios desde que les envió aquella embajada, honrándole con lámparas y luminarias.

CVI. Despachado, pues, Fidípides por los generales, y haciendo el viaje en que dijo habérsele aparecido el dios Pan, llegó a Esparta el segundo día de su partida, y presentándose luego a los magistrados, hablóles de esta suerte: —«Sabed, lacedemonios [espartanos], que los atenienses os piden que los socorráis, no permitiendo que su ciudad, la más antigua entre las griegas, sea por unos hombres bárbaros reducida a la esclavitud; tanto más, cuando Eretria ha sido tomada al presente y la Grecia cuenta ya de menos una de sus primeras ciudades.» Así dio Fidípides el recado que traía: los lacedemonios querían de veras enviar socorro a los de Atenas, pero les era por de pronto imposible si querían faltar a sus leyes; pues siendo aquel el día nono del mes, dijeron no poder salir de la empresa, por no estar todavía en el plenilunio, y con esto dilataron hasta él la salida.»

«Historia. Libro VI. Érato» (Heródoto)

Heródoto se basó en muy numerosas fuentes, de poetas, oráculos, listados administrativos, logógrafos -historiadores previos a Heródoto, de hecho él, al que se considera «padre de la historia», es quien se considera que marca un antes y un después-, interpretación de jeroglíficos, su propia visión y toda fuente que el heleno considera fiable. Actualmente se le puede achacar poco rigor histórico en algunos temas pero sería injusto juzgarle desde la perspectiva actual pues casi se puede decir que él estaba creando prácticamente el estudio historiográfico sin apenas referencias previas. A pesar de los errores, omisiones o exageraciones, las «Historias» siguen siendo textos de una gran importancia, y en lo que respecta a Fidípides no hay razones de peso para dudar de la veracidad de lo que Heródoto nos cuenta de él.

Siglos después, Pausanias (circa 110-180 d.C.) cita también a Fidípides en uno de los diez libros de su monumental obra «Descripción de Grecia» donde describe de una manera pormenorizada los usos, costumbres, historia y topografía de los pueblos griegos, es decir, una guía turística de la época de una gran valor documental. En el «Libro I. El Ática y Megara» cita al corredor Fidípides en el capítulo de su carrera hacia Esparta para solicitar su ayuda ante los persas:

«[4]καταβᾶσι δὲ οὐκ ἐς τὴν κάτω πόλιν ἀλλ᾽ ὅσον ὑπὸ τὰ προπύλαια πηγή τε ὕδατός ἐστι καὶ πλησίον Ἀπόλλωνος ἱερὸν ἐν σπηλαίῳ: Κρεούσῃ δὲ θυγατρὶ Ἐρεχθέως Ἀπόλλωνα ἐνταῦθα συγγενέσθαι νομίζουσι. ὡς πεμφθείη Φιλιππίδης ἐς Λακεδαίμονα ἄγγελος ἀποβεβηκότων Μήδων ἐς τὴν γῆν, ἐπανήκων δὲ Λακεδαιμονίους ὑπερβαλέσθαι φαίη τὴν ἔξοδον, εἶναι γὰρ δὴ νόμον αὐτοῖς μὴ πρότερον μαχουμένους ἐξιέναι πρὶν ἢ πλήρη τὸν κύκλον τῆς σελήνης γενέσθαι: τὸν δὲ Πᾶνα ὁ Φιλιππίδης ἔλεγε περὶ τὸ ὄρος ἐντυχόντα οἱ τὸ Παρθένιον φάναι τε ὡς εὔνους Ἀθηναίοις εἴη καὶ ὅτι ἐς Μαραθῶνα ἥξει συμμαχήσων. οὗτος μὲν οὖν ὁ θεὸς ἐπὶ ταύτῃ τῇ ἀγγελίᾳ τετίμηται.»

«[4] Cuando estás bajando, no a la ciudad, sino un poco más allá de las puertas de la Acrópolis, usted verá una fuente y un templo de Apolo y el dios Pan. También hay una cueva donde se dice que Apolo se unió a Creusa la hija de Erecteo. El dios Pan, se dice que es del tiempo de la llegada de los persas al Ática, Filípides había enviado dar la noticia a los Lacedemonios, y que aún no había ninguna respuesta de ellos pero que deberían enviar ayuda de manera pronta, a Atenas, ya que se retrasaban debido a que su religión no permite la guerra antes de la luna llena, pero este les dijo que Pan se le apareció al monte y había dado instrucciones junto al monte Partenio a los atenienses de los que era su amigo, de luchar por ellos en el Maratón, se dice que es el origen del culto de los atenienses para con este Dios.»

«Descripción de Grecia. Libro I. El Ática y Megara» (Pausanias)

Estas son las dos primeras fuentes sobre Fidípides -y la segunda es casi un calco de la primera- de los que extraemos:

· Fidípides era corredor-mensajero ateniense;
· fue despachado a Esparta por los «generales» para solicitar ayuda a éstos; la traducción más correcta es «arcontes», «magistrados», «gobernantes»;
· los espartanos no podían ayudarles inmediatamente por cuestiones religiosas;
· Fidípides tuvo una aparición cerca del monte Partenio que animó a los atenienses a luchar contra los persas la cual se interpretó como un buen augurio.


0 comentarios:

Publicar un comentario