15 de noviembre de 2016

Spartatrail: ruta

La ruta de lo que denominé Spartatrail fue una mezcla de desafío e improvisación y, como suele ocurrir, algo cambiaría después pero estoy moderadamente satisfecho. No sé adónde me llevará Run the History pero a buen seguro que seguir los pasos de Fidípides requerían cierto cuidado y respeto por la historia dado que es rica y moderadamente conocida, pero a la vez ajustándome a la realidad de los 2506 años que han pasado desde el hecho histórico y mi desafío.

Para quien no la conozca, la Spartathlon es una carrera de asfalto que se inspira en la ruta de Fidípides y que se celebra en septiembre y con una periodicidad anual. Más de 240 km, un riguroso proceso de selección y unos tiempos de corte al alcance de muy pocos atletas son sus principales características. Me han hablado bien de ella pero nunca me he planteado correrla, hay cosas que creo que no se ajustan a la forma que tengo de ver esto de correr y para preparar algo así necesitas tener toda la motivación enfocada y cero dudas, cosa que no he sentido nunca para la noble prueba griega. Pero la ruta entendía que está bien trazada, con su apoyo histórico y sus puntos de paso acordes al pasado.

Honestamente no he buscado quién hizo el trazado, con qué criterios -si hay más que los puramente históricos- y cómo se solventaron en su día. La verdad es que la tomé como verdad suprema desde el primer momento y cuando la busqué a un mes de partir, por primera vez le eché un vistazo y me encontré esto:


Spartatrail. Abrir Menú y activar «Spartathlon», en verde oscuro, la ruta de la carrera Spartathlon [Google Maps]

La encontré en Wikiloc en una rápida búsqueda y lo primero fue sorprenderme por la distancia -241,66 km- y el desnivel, +2823 m. De repente me daba cuenta de que era más de lo que me esperaba, una maratón más, y que tenía mucho desnivel. No habían pasado dos minutos cuando me dije: «esto se puede recortar yendo más directo». Descargué el track de la Spartathlon, supuse que iba a recortar bastante pero ni hice una estimación, cerré y me quedé tan tranquilo.


Spartatrail. Abrir Menú y activar «Spartatrail: primer vistazo». En verde claro, el posible recorte a la ruta del Spartathlon, verde oscuro [Google Maps]

Tres semanas después, a seis días de coger el avión, empecé a hacerme el track. Vino lo bueno.

1) La primera sorpresa fue que no era fácilmente recortable siguiendo la primer idea intuitiva de ir más directo. Y vino el temblor de piernas. Psicológicamente no me veía preparado para hacer 240 km -y quizá algo más, que siempre se da alguna vuelta- y por mucho que buscaba, hacía y deshacía zoom, no encontraba alternativa de recorte importante como para sacarle 40 kilómetros a una ruta. Sudores fríos.

2) En estas tres semanas previas además había sabido que Argos -la ciudad- no era un punto de paso posible dado que era una nación filopersa, no es que Argos se fuese a aliar con los persas, pero había posibilidades de si no matar al mensajero sí quizá retenerlo con alguna excusa: si sé que un sitio está casi del lado enemigo, por ahí yo no pasaría. Pero la Argólida -el Estado- tenía que cruzarla por algún punto, esto sí me parecía más posible, incluso comparándolo con un mapa, el track de la Spartathlon si no entra me anda muy muy cerca. De hecho tengo la sospecha de que esta misma información la tuvo quien diseñó la Spartathlon.

3) El tercer factor era cómo franquear las montañas, muchos caminos morían en las faldas de montañas, cosa lógica si no tienen aprovechamiento pecuniario y no hay motivaciones lúdicas, con lo que fue una intensa búsqueda enlazar caminos para ir de un punto a otro.

Montañas que cruzar, condicionante histórico de Argos, entrar en la Argólida con cuidado, baja densidad de caminos... Añadamos desconocer el régimen de propiedad de todos ellos, estado de los mismos, posibles riesgos, etc. ¿Ya sabéis por qué digo que organizarte algo por ti mismo es mucho mucho más difícil que cualquier carrera? La ruta se hacía más compleja.


Spartatrail. Abrir Menú y activar «Spartatrail: primer estudio». En verde claro, el posible recorte a la ruta del Spartathlon modificado para no pasar por Argos (con el icono azul y verde); en azul claro, la Argólida hacia el siglo V a.C.; en el perímetro marrón, el Peloponeso, marcando las zonas montañosas; en verde oscuro, la ruta de la actual Spartathlon [Google Maps]

Como se ha visto hasta el momento, mi preocupación era la segunda mitad Corinto-Esparta, la primera, desde el punto de vista histórico, es claramente la Spartathlon, pegado a la costa sur porque el resto es muy montañoso. Busqué con ímpetu caminos, sin subir y bajar cada medio kilómetro, lo que no tiene ninguna lógica desde el punto de vista ni histórico ni como ruta razonable a no ser que busques desnivel o alejarte forzada y voluntariamente de la civilización. Conseguí algunas alternativas cortas por monte, pero este tramo está urbanizado, industrializado y de una densidad enorme de carreteras, vías de tren, industrias, cámpings, depósitos de petróleo y no sé qué más, todo en el estrecho trozo de tierra horizontal, entre los montes y la caída al mar. Por ahí iría Fidípides y por ahí iría yo. Luego, la larguísima entrada a una capital europea directamente la tomé de la Spartathlon, sin pensarlo apenas, y no me pude arrepentir más. Pero tampoco tiene demasiadas alternativas.

En estos momentos me percaté de la peligrosidad de franquear unas montañas de 1000 m de altitud, en el tercio final y, sobre todo, descender lentamente hacia Esparta. Un paso rápido de montaña no tiene porqué ser problemático, pero varias horas de cierta altitud, creo que era arriesgado. Y sobre todo llegando tan tan cansado. Aquí le vi un importante riesgo a lo intentaba hacer. Por eso, en un momento de lucidez, le cambié el sentido a la ruta, partiría de Esparta y acabaría entrando en Atenas. La peor parte era entrar en una gran ciudad muy cansado, y es que soy de los que opino que entre campo y ciudad hay una diferencia importante de calidad de almas, y si tiene que pasar algo creo que es mucho más probable que ocurra en grandes urbes. Y yendo extremadamente cansado, vulnerable, las posibilidades de que pasen algo, aumentan.

Me preocupó sobremanera el paso de las montañas, por algún sitio hay que hacerlo, la Spartathlon va muy al norte, cosa que no me parecía lógica. Yo si fuera Fidípides tiraría más directo, un desnivel fuerte se puede superar sin problema a pie y recortas tiempo. Pero por dónde cruzaría realmente es una incógnita que nunca sabremos. A la vez yo me tenía que ceñir a caminos existentes. Me costó bastante encontrar la traza buena, pero creo que hice un buen trabajo.

Recordando a Heródoto: «Lo primero que hicieron dichos generales, aun antes de salir de la ciudad, fue despachar a Esparta por heraldo a Fidípides, natural de Atenas, hemeródromo (o correo de profesión). Hallándose éste, según él mismo decía y lo refirió a los atenienses cerca del monte Partenio, que cae cerca de Tegea, apareciósele el dios Pan, el cual habiéndole llamado con su propio nombre de Fidípides, le mandó dar quejas a los atenienses, pues en nada contaban con él, siéndoles al presente propicio, habiéndoles sido antes muchas veces favorable y estando en ánimo de serles amigo en el porvenir.» No lo busqué, la verdad, pero era un punto de paso clave, pero no siepore me puedo ceñir a la historia, por supuesto.

A la vuelta me sorprendió gratamente asociar el monte Partenio, donde el bueno de Fidípides tuvo una aparición divina (una soberana pájara, en lenguaje moderno) cerca de donde se había celebrado una antigua batalla. El lugar es actualmente un valle junto a la localidad de Achladokampos (Αχλαδόκαμπος). Para mi feliz sorpresa muy posiblemente el auténtico Fidípides cruzó si no exactamente por el mismo puerto de montaña, por alguno muy muy cercano, pero a buen seguro no por el puerto por el que cruza la actual Spartathlon. Cuando lo descubrí no cabía en mí, por supuesto, porque lo concluí con lógica del corredor que soy, tratando de meterme en la cabeza de un corredor de la época y con la base histórica de no aproximarse a un potencial enemigo; y me lo confirmó la historia documentada.

Mi track decía 240 km. No sabía el desnivel, pero debería de ser algo más que Spartathlon, es decir en torno a los +3000 m. Recuerdo ver 243 km en mi Garmin Foretrex 401, no miré el desnivel. Unas 47 horas. Perdí el track, algo que lógicamente me apena bastante por el valor sentimental. Sí, se le puede tener cariño a un track. Lo he rehecho porque tenía la base del track que iba siguiendo y porque meses después sigo recordando con detalle prácticamente todo, pequeños despistes, apaños en ruta, dónde dejé todas y cada una de las botellas de agua, dónde me paré a descansar, prácticamente sin ninguna duda.

Aquí va el resultado de casi dos días de intenso esfuerzo físico, bastantes más de atenta lectura, unas cuantas horas de exploración a golpe de ortofoto y una pizca de lógica.


Spartatrail. Abrir Menú y activar «Spartatrail: ruta realizada» [Google Maps]


1 comentario: