El mensaje debió de salir de algún punto cercano a la actual Veracruz y llegar a Tenochtitlán, capital del imperio: por concretar más sitúo el punto final en los denominados «Baños de Moctezuma», en el Bosque de Chapultepec, por ejemplo. Echemos números.
Representación idealizada de la llegada de Hernán Cortés a México [Memoria Política de México] |
Veamos primero las distancias: 321 km en línea recta; 426 km en carretera actual según Google Maps; 408 si se elige la modalidad de bicicleta según la misma fuente; según mis tracks, que tienen base histórica, que discurren bastante más al sur para evitar una región por la que los mensajeros no podrían haber cruzado, eran, según la previsión, 423 km hasta Chalco, donde finalicé mi ruta, a lo que hay que añadir 43 km más hasta los baños, es decir, 466 km. En realidad me salieron 447,59 km sin añadir esos 43 km, es decir, 491, pero si le añadimos el 10 % de error entre lo previsto y lo real (49 km, pues) se va a los 495 km, 500 kilómetros para redondear. Sorprende que ninguna fuente que haya consultado se acerque a esta cifra, unos los dejan en "trescientos y pico", ninguna pasa de los 420, lo que da una idea de lo pobres que son, en ocasiones, los estudios históricos que no se han tomado la molestia de trazar una ruta moderadamente fiable para basar sus afirmaciones. Siendo muy benévolo, podemos suponer que la ruta eran 50 km menos por ir más directos, pero entra dentro de una suposición, ya digo, bastante benévola.
La distancia entre relevos la situamos en unos ocho kilómetros, aunque hay cierta horquilla, lo más corto de cinco y lo más largo de en torno a once kilómetros, en cuestión de ritmo no varía en exceso porque aunque fuesen los corredores a tope, siempre sería un subtope, para llegar en condiciones de transmitir el mensaje, porque iban por sendas, porque diez horas del total de la ruta serían nocturnas y "lastra" la media diurna, porque se sube a más de 2000 metros de altitud, etc.
Tras un simple cálculo obtenemos que se necesitan 62 relevos para 500 km (56 para 450 km). Es decir, se necesitaban entre 55 y 61 puestos de avituallamiento y relevo en el recorrido desde la costa a la capital, lo que hace suponer que la red estaba extraordinariamente bien organizada y planificada. Recuérdese además que los mensajes podían ir duplicados como ya se explicó, el primer mensajero recitaba el mensaje, el siguiente lo memorizaba y echaba a correr hasta la siguiente posta, y luego llegaba el mensaje de confirmación que procedía igual. Desconocemos si este mensaje en concreto de la llegada de los españoles iría duplicado o no, pero entre 56 y 124 corredores mensajeros participaron en el transporte de esta información.
Y ahora vamos con las medias de velocidad. En 8 km se puede desarrollar una alta velocidad, era gente entrenada y cuyo trabajo era ese, recorrer esos 8 km a la máxima velocidad posible; por otro lado, debían estar alerta, no perderse, guardar alguna fuerza por si eran atacados, el terreno no era llano, no eran amplias pistas y, sobre todo, los relevos nocturnos, por mucho que se conociesen la vereda como la palma de la mano, ralentizan la media. El 22 de abril de 1519, día siguiente de la llegada de los españoles, y tomando una localidad intermedia (por ejemplo, Tecamachalco, en el Estado de Puebla), las horas diurnas eran de 12 horas y 44 minutos, algo más de medio día, y la diferencia con el día completo, obviamente, las nocturnas. Es decir, la influencia de la noche era de unas once horas astronómicas, aunque sabemos que podemos ver antes del amanecer y después del atardecer astronómico: digamos que unas 10 horas nocturnas y 14 horas diurnas, redondeando.
¿A qué velocidad podrían correr de día por sendas conocidas, algo de desnivel, sin calentamiento previo, de "sopetón" y muy ligeros? Quizá te sorprendiese tras comer, o en plena siesta, pero muchos estarían perfectamente preparados y descansados para la misión. Creo que ritmos de entre 3'30" y 3'50"/km, casi "haya lo que haya" son posibles para gente bien preparada y siendo buenos atletas, entre 17 y 15,6 km/h. ¿Y por la noche? Aquí sí es más probable que cogiera durmiendo, o si hacían guardias, puede que no tan probable en época de paz, al menos algo aletargados. Sin apenas iluminación más que una tea o antorcha que pudieran llevar, aun conociendo muy bien el terreno y cada piedra, la media tiene que bajar necesariamente, supongamos entre 4'00" y 4'30", y quien ha corrido por la noche sabe de lo que hablo, es decir, en una horquilla de 13,3-15 km/h. Pero además había que transmitirse el mensaje, por muy breve que fuese la persona emisora necesitaría recuperar el resuello, se repetiría no menos de tres veces y la persona receptora debía memorizarlo y repetirlo hasta estar seguro de que no habría duda en que se transmitía fielmente, palabra por palabra. Serían, lógicamente, mensajes muy sencillos y breves, pero al mismo tiempo la brevedad dejaría al emperador poco más que como se había quedado. Suponiendo que se pierda sólo entre 45" y 1'30" en esta labor, esto implica en torno a una hora en transmitir los mensajes sumando todos los relevos. Esto, como digo, en el mejor de los casos en que los relevos se hacen perfectos.
Recopilamos:
450-500 kilómetros
56-62 relevos de unos 8 kilómetros
10 horas nocturnas y 14 diurnas
ritmos de entre 3'30" y 3'50"/km de día
ritmos de entre 4'00" y 4'30"/km de noche
45"-90" en cada relevo
Vamos con la calculadora:
Respecto a los ritmos diurnos se podrían cubrir entre 218,4 y 238 km. Por la noche, entre 133 y 150 km. Los extremos nos dicen que considerando los peores ritmos diurnos y nocturnos cubrirían 351,4 km, y en el mayor de los optimismos, 388 km. Ya podemos concluir que no cubrieron los 450-500 entre Veracruz y Tenochtitlán en un día. Otra variable que desconocemos es la hora de salida. Eso puede determinar que hubiera segunda noche o no, lo que amplía la horquilla de tiempos.
Y hasta ahora no hemos considerado aún los relevos. La variabilidad de tiempos de relevos se ha considerado de entre 42' (45"x55) y 1h33' (90"x61). Dado que no tenemos más datos, tomamos un simple promedio, que nos da como resultado: 1h07'30" empleados en relevos.
Lógicamente todos estos cálculos tienen su margen de error: nos estamos basando en una ruta de la que se tiene cierta fiabilidad pero con una horquilla de 50 km (10 %); los ritmos reales se desconocen, por supuesto, pero dentro de la intuición y la experiencia no deberían ser muy lejanos a los presentados, con más error en el caso de los nocturnos; los tiempos de relevo son también intuitivos, pero se entiende que la maquinaria de transporte de mensajes estaría muy bien engrasada y probada; la calidad de los corredores se presupone, pero encontrar un grupo de 50-60 (o 120) atletas con marcas cercanas a los 35' en 10 km (sólo en esta ruta, había muchas más, por supuesto) no es tarea fácil. Es decir, sin pretender ser demasiado exhaustivo y aunque hay margen de error fruto de muchos datos que desconocemos, no creo que vaya demasiado desencaminado en los cálculos. Y dichos cálculos resultan en que para cubrir la distancia entre la actual Veracruz y Tenochtitlán por relevos cortos se precisaban de entre 28 y 35 horas.
Habiendo hecho el recorrido casi íntegro, pero en unas condiciones mucho más sencillas por la amplitud de caminos y carreteras, constatando que no hay grandes desniveles -pero tampoco es precisamente plano-, me decanto por los ritmos más lentos, diría que entre 32 y 36 horas si no hay contratiempos y siempre suponiendo buenos corredores, ligeros y bien coordinados.
Es decir, y respondiendo a la segunda pregunta de si pudieron llegar «al día siguiente», la contestación es sí, si el primer corredor salió aproximadamente antes del mediodía.
Interesante cálculo :) tengo entendido que el mensaje no siempre era verbal, en ocasiones se mandaban breves escritos por lo que no habría pérdida de tiempo en la transmisión. Otra variable sería si la noche que se llevó el mensaje era luna llena o luna nueva, en luna llena la visibilidad hubiera sido mejor y el tiempo menor pero en luna nueva habría sido lo contrario
ResponderEliminarBuenos apuntes, Anónimo.
EliminarEn efecto, ambos factores ralentizarían el ritmo. He considerado la noche y puedo pensar que llevarían antorchas en noches de Luna nueva pero ralentiza siempre. Los cálculos no dejan de ser aproximados pero tienen cierta base de experiencia y conocimiento del terreno por mi parte, aunque ellos se conocieran cada piedra los ritmos creo que son razonables y aún con margen de error creo que los cálculos no están del todo mal.
Un saludo,
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