14 de agosto de 2023

Catua y Omtua, los corredores mensajeros nuevomexicanos

La tradición de emplear corredores mensajeros entre los indios originarios de los Estados Unidos (y muchas otras zonas de América) está ampliamente documentada. Aparte de la no existencia de caballos hasta que fueron importados por los españoles primero y posteriormente por otros pobladores europeos, la versatilidad humana y la extraordinaria resistencia en largas distancias los hacían ideales para acometer la misión, algo extendido en el tiempo y en el espacio entre otras civilizaciones en el mundo.

Aunque se conocen muchas etnias, tribus y usos de corredores como mensajeros del actual Estados Unidos el cómo se empleaban no siempre está del todo claro. Al igual que ocurría con los iroqueses del noreste (grandes lagos y actual Estado de Nueva York) era normal emplear relevos entre tribus. En el caso de los nuevomexicanos también se utilizaban pero en el caso concreto que nos ocupa, la Revuelta de los Pueblo, siempre se destacan dos hombres como si toda la comunicación hubiera recaído en estos dos corredores. Se llamaron Catua y Omtua.

Una vez trazado el plan entre los líderes de cada etnia, reunidos secretamente durante meses si no años, acordado el modo de proceder y selladas las alianzas restaba coordinar el cuándo. Porque lo que tenían claro los pueblo era que la revuelta debería de hacerse de una forma conjunta, sorpresiva y contundente porque cada tribu aislada no tendían la fuerza suficiente ni siquiera con el factor sorpresa.

Recaída buena parte de la responsabilidad en Popé en cuanto a acordar el ataque se eligió el día de acuerdo a la fecha prevista de reaprovisionamiento. Periódicamente se recibían caravanas de carretas, soldados de refresco o nuevos pobladores en fechas determinadas. Al ser periódicas podía preverse el siguiente reaprovisionamiento, pero conviviendo con los españoles en teórica armonía, saber con precisión cuándo se iba a producir era cuestión de espionaje y traicionar confianzas. Y ambas ocurrieron. La fecha ideal del ataque sería antes de un reaprovisionamiento pues las fuerzas estarían más débiles, los depósitos de grano o munición menguados y las fuerzas más justas. Conocida esta importante información se fijó la fecha del 11 de agosto de 1680 para el ataque. Y aquí entraron en juego los corredores mensajeros.

Propuesta de escultura en honor de los corredores Catua y Omtua mensajeros en la Revuleta de los Pueblo por George Rivera [Santa Fe New Mexican]


Muy posiblemente partiendo desde Tesuque, dos corredores de nombre Nicolás Catua y Pedro Omtua —todos los nombres eran cristianizados, generalmente nombre y apellido aunque en este caso parece sólo el nombre— partieron a comunicar al resto de poblaciones indias la noticia del levantamiento. Muy ligeros, casi desnudos, avanzaron por sendas para alcanzar estos poblados donde se reunirían secretamente con sus líderes para confirmarles las noticias del levantamiento. Y el cuándo. El cuándo lo hacían con una forma original que preservaba el dato de miradas indiscretas: portaban cuerdas con nudos que debían deshacerse de uno en uno por cada día que pasara; el día que la cuerda no tuviera nudos era el día del ataque coordinado. La orden era aniquilar todo español que pudieran, hombre, mujer o niño.

Catua y Omtua recorrieron muchos pueblos, desde Tesuque hasta antes del pueblo de Isleta donde se sospechaba que sus dirigentes eran proespañoles. Pero algunos líderes tribales no estuvieron de acuerdo con el levantamiento o bien cambiaron de opinión y se lo comunicaron a los españoles tras lo cual se lanzó un operativo para detener a los corredores.

Sin grandes dificultades los corredores fueron apresados e interrogados, fueron llevados a prisión donde serían torturados hasta que confesaron el motivo de que portaran cuerdas con nudos pero afirmando desconocer cuál era la información que activaba el último nudo, algo que se sabe que era falso. No sólo eso sino que engañaron a sus torturadores diciendo que la rebelión se había planificado para el día 13 de agosto. Cuando las tribus fueron conocedores de que Catua y Omtua habían sido apresados adelantaron un día la revuelta con lo que en vez del 13 como creían los españoles, el 11 que era la fecha original, el alzamiento tendría lugar el día 10. Para comunicar el cambio de fecha se mandaron a otros corredores y en el momento del levantamiento se encendieron hogueras visibles a distancia.

Aunque se desconoce el trazado que siguieron Catua y Omtua hay certidumbre de su "área de comunicación" la cual no es lógica alcanzarla sólo con dos corredores por lo que debió de existir otros que fueron diseminando la noticia. Sin ser un ser sistema establecido como el del imperio azteca pues no eran poblaciones centralizadas o coordinadas, sí era un sistema de comunicación que en buena medida sería por relevos, cuando la etnia vecina mandaba a un corredor portando un mensaje la propia mandaba otro corredor para transmitírselo a la población vecina. Es un sistema rápido, fiable y que se nutría de corredores locales, conocedores del terreno y al no ser distancias excesivas, de veloz transmisión de la información.

Catua y Omtua fueron ejecutados y cuando se conoció la noticia la consternación fue mayúscula entre los pobladores originarios. Sin saber necesariamente cuánta información habían revelado, lo que sí era cierto es que los españoles sabían ya que había algo en marcha y que los pueblo debían tomar una decisión rápida. Aparte de adelantar el ataque también asesinaron a un joven, Cristóbal de Herrera, de edad parecida a Catua y Omtua, como represalia por la muerte de éstos. Cristóbal no sabía nada de la conspiración, ni del apresamiento y ejecución de los corredores, era español y el odio era extremo. 


«Carta del gobernador y capitán general, don Antonio de Otermin, de Nuevo México, en la que le da un relato completo de lo que le ha sucedido desde el día en que los indios lo rodearon» [Biblioteca de la Universidad de California Davis] │ «Running. A global history» (Thor Gottas) │ «Indian running» (Peter Nabokov) │ «The Pueblo Revolt: The Secret Rebellion that Drove the Spaniards Out of the Southwest» (David Roberts) │ «La rebelión de Nuevo México (1680-1692). ¿Triunfo, pero efímero, o efímero, pero triunfo?» Arqueología Mexicana núm. 111, Bernardo García Martínez) │ «La rebelión del odio. La insurrección de los indios Pueblos en 1680» (José Enrique López Jiménez)



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